viernes, marzo 7

JULIO SERRANO · QUETZALTENANGO, GUATEMALA, 1983.


poeta, editor y periodista. coordinó el festival permanente de poesía xela 2003 y 2004. ha participado en diversos festivales de poesía en la región centroamericana. coordinador del proyecto editorial www.librosminimos.org que promueve libros de literatura contemporánea de autores centroamericanos a través del internet. editor literario en entidades como editorial cultura, del ministerio de cultura y deportes y editorial piedra santa, ambas en guatemala. ha publicado el libro de poesía las palabras y los días (2006, editorial cultura-guatemala; 2007 mandrágora cartonera-perú), además de crónicas periodísticas y ensayos sobre literatura en diarios y revistas de la región; fue antologado en "aldeas mis ojos: diez poetas después de la posguerra" (2007). actualmente termina sus estudios de literatura hispanoamericana en la universidad de san carlos.


Tanta noche

Es la mañana y el edificio de enfrente se planta como la sombra de un ser más fuerte y desconocido Es el día y los movimientos son la luz

palabras y humo que al anochecer caen sobre nuestros cuerpos como un frío extraño y húmedo que preferimos evitar

Atraviesan pájaros sin calma, las palomas son ratas que temen a la oscuridad,

Las palabras que se pronuncian se alteran, el temor es fuerte en la ciudad, ver profundo el verde que entristece y contagiarnos temblando la fiebre de la melancolía

rojo silencio transformado por las llamas

todo está cubierto por la misma calma un ser más fuerte y desconocido balbucea unas palabras y deja la habitación llena de miedo

un hombre camina por la acera y desde acá parece una pena inexplorada que espera la oscuridad para volcar su humedad sobre las flácidas piernas del tiempo

La muerte es todos los días, he despeinado algo de mis bolsillos para poder imaginar como estarás sentada, negando que esto sea verdad

no fue en vano el calor el reflejo has de saber que antes de la sepultura había un cuaderno lleno de nosotros donde los dibujos infantiles se animaban

No encuentro la cinta donde adivino el traspaso azul de nuestro estado universal

el incendio fundamental será alinear las manos con el cielo y orar
por qué no

Tu piel es ahora más blanca
Libros y soledad
las bibliotecas llenan ahora tus paredes desérticas
amé en ti la vida y en tu ventana siguen pasando sombras que apenas pareces escuchar

He perdido buena parte de la vida pensándome Ahora partes totales de humedad y carne no están






...este es el animal más des-gra-cia-do del desierto, de allá de la costa sur,
si usted la ve en vivo, en directo a todo color, yo le aseguro que le tiene miedo,
se llama víbora de cascabel señores el hombre del monte oye este sonido a un
kilómetro y sabe qué dice el paisano yo voy a desenvainar el machete, dice,
porque allá en el monte anda la muerte.

Don Paco

Marta Julia se llama la cascabel esa del parque, sí, como el Carlos Julián del sincopazo, se llama sagrada la culebra, se llama diosita tiernita ella, se llama el fuego de la mirada luz de todas las desempleadas sin oficio almas de este cielo, se llama círculo enrollado entorno al hueso, al hueso de la sin hueso, al hueso etéreo de la calavera-adobe, se llama Marta Julia porque se le respeta, se le tiene distancia a la culebra, la Marta Julia no se llama así porque así se llamaran algunos de los policías que violaron a su mamá culebra, no como el Carlos Julián sincopero, ni como la Beatriz Demóstenes que su sacrosantopadre quería escribirle el temor en las axilas, el vientre, en los exámenes del colegio, hay don Demóstenes y don Carlos y don Julián nadie hará un círculo alrededor de ustedes, de la Marta Julia sí, del fuego cristal de su lengua, de su curativa saliva pharmakón del miedo, del encantador baile del abdomen revolcándose en el suelo, de la piel dura y salada, la Marta Julia sabe leer desde la tierra el futuro, sabe reconocer en los pedazos que se nos caen la crepuscular materia que nos nombra, que bueno Marta Julita que podemos secarte, qué bueno que podemos moler tu carne y hacerte crema, sí Martita Julia, crema de cascabel para los sudores del cuerpo, para las ampollas estas que nos revientan el alma, Marta Julia.





Es el rumor asustado de las piedras, y luego el cuero del tambor reventado en el pecho, como la onda expansiva del anciano meteorito gritando desde los huesos el más resentido pretexto para la vida, desterrados de ida y vuelta del más violento paraíso. Vienen las piedras, y uno sabe, presiente que se va a poner buena la cosa, que el amor macho se destila en los nudillos como saliva que despereza su fuego animal y espontáneo, “volviste a levantar la que no era”. Es entonces abrazada por la muerte la hora del baile, de sembrar las flores en el jardín de los vergazos, con el irremediable fracaso de las palabras, cerrado el ojo, desgranado el diente, la obscena satisfacción de ver a la vida a los ojos y así, masticando en la boca los pedazos de uno mismo, pelarle los dientes, de frente.

1 comentario:

Alma Karla dijo...

Negro de mi vida:

Opines lo que opines de este blog y pese al silencio y la desidia que provoca, te mando saluditos que mucho tienen que ver con nuestros ayeres salvadoreños.

No en balde se dice que las mujeres con pasado y los hombres con futuro son los seres más interesantes que existen.

Bueno, ya sin bromas, bien sabes cuánto hace falta verte.